viernes, 12 de junio de 2009

Algunas joyas de "El señor Pip" de Lloyd Jones


pg. 185

Sí recuerdo que el señor Watts se quejaba de que a veces Grace olvidaba concluir las frases con un punto y aparte. Una oración de pronto se interrumpía y dejaba que la mirada se zambullese en un espacio vacío. Cuando él lo planteó, Grace le preguntó: "¿Qué preferirías? ¿Sentarte con los pies colgando en el extremo de un muelle o tenerlos metidos en unos rígidos zapatos de piel?"


pg. 234
Me dio indicaciones para llegar a su casa. Se trataba de coger un tren y después, desde la estación, había un paseo de diez minutos a pie por un barrio de casas de ladrillo, cada una con un jardín vallado, y tapias de hormigón, algunas con palabrotas pintadas que mi madre habría frotado con un cepillo. O bien las habría mirado fijamente hasta que las propias palabras se hubiesen encogido de vergüenza y caído de la tapia en escamas.

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