Un fondo exquisito procedente de la Bibliothèque Nationale de France, entre los que figura mi admirada (y archiconocida) estampa "Bajo la gran ola de Kanagawa" de Katushika Hokusai (1760-1849).
La colección está dividida físicamente en cinco espacios que muestran la evolución tanto de la técnica de estampación como del motivo y el estilo del artista.
Así pues empezaremos viendo obras relacionadas con el teatro kabuki y el sumo, en el que los grabados tenían como finalidad publicitar tanto los espectáculos, como a sus actores y a los luchadores de sumo.
Pasaremos a los grabados de bellezas femeninas y vida cotidiana donde los artistas retrataran la vida de los barrios del placer con sus "casas verdes", establecimientos de baños y tiendas de lujo.
La siguiente serie hace referencia a la estampa paródica que reflejaba imágenes con un sentido oculto o irónico, seguida de la colección de estampa erótica donde la exageración en el tamaño de los falos y la ausencia de cualquier tipo de censura llegan a sorprender a los ojos de esta españolita de turno, sobre todo teniendo en cuenta la época en la que fueron creados.
Por lo visto, los japoneses censuran miles de cosas pero no el erotismo ni la sensualidad, tal como puede verse también en la literatura (La llave, Yunichiro Tanizaki, o La casa de las bellas durmientes, Yasunari Kawabata).
Será la estampa de paisaje la que cierre la exposición con figuras clave como Hokusai con sus Treinta y seis vistas del monte Fuji o Hiroshigue con Cincuenta y tres etapas del Tokaido.
Una buena manera de iniciarse en el grabado japonés si nunca se ha tenido contacto y una estupenda forma de disfrutarlo cerca de casa si el gusanito del mundo flotante ya te ha picado.
Pasaremos a los grabados de bellezas femeninas y vida cotidiana donde los artistas retrataran la vida de los barrios del placer con sus "casas verdes", establecimientos de baños y tiendas de lujo.
La siguiente serie hace referencia a la estampa paródica que reflejaba imágenes con un sentido oculto o irónico, seguida de la colección de estampa erótica donde la exageración en el tamaño de los falos y la ausencia de cualquier tipo de censura llegan a sorprender a los ojos de esta españolita de turno, sobre todo teniendo en cuenta la época en la que fueron creados.Por lo visto, los japoneses censuran miles de cosas pero no el erotismo ni la sensualidad, tal como puede verse también en la literatura (La llave, Yunichiro Tanizaki, o La casa de las bellas durmientes, Yasunari Kawabata).
Será la estampa de paisaje la que cierre la exposición con figuras clave como Hokusai con sus Treinta y seis vistas del monte Fuji o Hiroshigue con Cincuenta y tres etapas del Tokaido.
Una buena manera de iniciarse en el grabado japonés si nunca se ha tenido contacto y una estupenda forma de disfrutarlo cerca de casa si el gusanito del mundo flotante ya te ha picado.
